Llegamos
al piso de arriba y Niall dijo, advirtiéndole a Greg:
-Ten cuidado,
peque. No vaya a ser que te pase como a (tu
nombre),
¿eh? -Es
verdad, Greg. Haz caso a Niall, ¿vale? -dije, mirándole a Niall,
mientras él me devolvía una sonrisa.
-¡Vale!
-asintió el pequeño.
Nos sentamos en el chill-out
y mientras Niall me jugaba con mi pelo:
-Es muy bonito, ¿verdad, Greg? - pregunté
mirando al cielo.
Entonces, Greg bostezó y miré la hora en la
pantalla del móvil de Niall.
¡¡Eran las 11.30 p.m.!!
-¡Anda, ven, canijo!Vente con
nosotros, ¿vale? - dijo Niall, señalando la “cama”, por así
decirlo, en la que estábamos sentados él y yo.
Cogí a Greg en brazos y se quedó dormido en sus brazos. Niall
miraba la forma en la que mecía al pequeño.
-Esto
se te da muy bien, (tu
nombre).
- murmuró.
-¿Quieres cogerlo
tú un rato, Niall? - le pregunté.
Él asintió con la cabeza y se lo acerqué con cuidado.
Pasado
un rato, me tumbé porque estaba un poco cansada de estar todo el
rato sentada y me quedé mirando las estrellas y pensé en lo que me
había dicho antes Niall:
“Cuenta
el número de estrellas y sabrás cuanto te quiero.”
Y
giré la cabeza para mirarlo una vez más, y él seguidamente, dejó
a Greg apoyado sobre unos cojines que había a su lado y se tumbó a
mi lado.
-Estás temblando, (tu
nombre).
- dijo.
-Sí, es que tengo un poco de frío.
Me
acurruqué apoyada en su pecho, mientras él tarareaba una melodía
que me resultaba muy muy familiar.
-Estás
tarareando 'The
Man Who Can't Be Moved'.
¿Verdad, Niall?
-Sí.
Pero, ¿Cómo lo sabes? - dijo impresionado.
-Es que, hace unas
semanas la saqué con la guitarra. Jajaja. Es una de mis canciones
favoritas y cuando estoy triste la canto.
-A mi me pasó lo mismo, desde que la canté en el concurso
de Lluvia de estrellas,
Jajaja. ¿Te apetece que mañana la toquemos
juntos, (tu
nombre)?
-¡Claro, Niall!
¡Estoy impaciente! - dije con una gran sonrisa en mi cara.
Greg seguía dormido. Yo tenía
mucho sueño (eran las 12 de la noche), y le dije a Niall bostezando:
-Niall... Tengo mucho sueño.
-¿Sí? La verdad, es que, yo también. - dijo uniéndose
a mi bostezo.
-Buenas noches, Niall – dije regalándole un beso. -Buenas noches, princesa.
Nos
dormimos abrazados. Este fue un momento más que guardar en el cajón
donde iba almacenando los recuerdos que tenía con él.
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