9.29.2013

CAPÍTULO 47

No llegaron a 5 minutos y ya estábamos en la casa de Niall. Su coche no estaba. ¿Habría salido? Y si lo ha hecho, se tendrá que haber llevado a Theo con él. ; pensé.
-Ven, ya hemos estado fuera bastante tiempo -. me iba a coger de la mano, pero de repente, se paró. Como si le hubiese dado un calambre o algo por el estilo.
-No pasa nada -. intenté persuadirle para que no se sintiese tan... incómodo, por así decirlo.
-Te dije que solo te tocaría si tú me lo pedías, (tu nombre) -. dijo con la mirada fría. El frío Styles había vuelto.
-Vale... Harry, coge mi mano, por favor -. esta vez le miré a los ojos. Se sorprendió bastante. Pero hizo caso omiso.
-Coge mi mano, Harry Styles -. lo dije en un tono más serio que el mío habitual.
Entonces soltó una risita burlona. Vaya cambios de humor tiene este hombre; pensé de nuevo, en mi subconsciente.
-Eres muy... persuasiva, ¿lo sabías? -. ahora el aire que le envolvía era más... misterioso que frío.
-Sí, una pena, ¿verdad? Ahora coge mi mano y entremos, por favor -. repetí por tercera vez.
Se dio por vencido y conseguí que me hiciera caso. Tenía las manos congeladas y me ocasionó un estornudo, pero conseguí “frenarlo” antes de que retumbara a nuestro alrededor.
Harry volvía a estar tenso de nuevo. Su mano temblaba levemente; hasta que llegamos al porche de la casa de los Horan.

Cuando toqué al timbre recé porque no abriera Niall y en el momento en el que vi a su madre di gracias al cielo ya que si hubiese aparecido con Harry en esas circunstancias y él estuviese allí... no quería imaginármelo.
Al vernos, Maura se sorprendió un poco (bastante), pero enseguida reaccióno.
-¡Hola chicos! ¿Qué hacéis ahí fuera? ¡(Tu nombre), recuerdo que tú no estás en condiciones de estar paseando en un día de lluvia como este! ¡Vamos, entrad! -. exclamó haciéndonos pasar adentro.

Eché una ojeada rápida por la primera planta y no había rastro alguno de mi querido Niall. Ni de Theo.
Maura se percató de que me había dado cuenta de que Niall no estaba.
-Ha salido. Me dijo que tenía que hacer algunas cosas en Dublín -. me explicó.
-¿Y Theo?
Mientras que hablábamos ella preparaba unas tazas de té y Harry estaba sentado en el sofá del salón mirando la pantalla de su móvil, aunque sabía que estaba escuchando nuestra conversación.
-Niall lo dejó con sus padres cuando se fue. No me dio una hora fija de cuando iba a volver... Pero no le debe quedar mucho porque ya es casi de noche. No te preocupes, cariño -. tenía la misma sonrisa dulce y amable que su hijo.
-Gracias, Señora Horan. Nunca podré agradecerles su hospitalidad y amabilidad conmigo y con mi tía.
-Oh, cariño! No hay porqué darlas! Deberías ver cómo ha cambiado Niall desde que volviste. Cuando rompiste con él y venía a casa lo notaba raro, no era el mismo de siempre. Pero el día que te vi entrar por esa puerta -señaló la entrada de la casa- no me lo creía. Me alegré muchísimo. Ver a mis hijos felices es lo que me hace feliz a mí. Seguramente le pasa lo mismo a tu tía contigo. 
-Eso es lo que quiero. Solo quiero verle feliz; y si es conmigo mejor -. dije con una sonrisa sincera de las que enamoran a cualquiera.
Ella soltó una carcajada y yo hice lo mismo.
-Entonces, no hay nada de lo que preocuparse porque estamos todos felices, hahaha!

Tras decir eso, Maura me dio un fuerte abrazo (casi me deja sin respiración, pero de una manera cariñosa y muy al estilo Niall Horan).
-Bueno, si me disculpa, me voy con Harry, que parece estar un poco solo allí en el salón.
-Claro, hija! No te preocupes! Yo estaré en la cocina preparando la cena -. concluyó, y seguidamente, se fue a donde había dicho anteriormente.

9.15.2013

CAPÍTULO 46

Sonreí al cielo y cuando bajé la mirada, él tenía una enorme sonrisa dibujada en la comisura de sus labios. Sus dientes perfectos brillaban con la luz del Sol.
Pasaron apenas 2 minutos y ya llovía a cántaros. Yo no me movía. Seguía de pie, en mi sitio, mirando la inmensidad del bosque... Cuando unos brazos me rodearon el cuerpo de cintura para arriba.
-Estás resfriada, no quiero que empeores -. musitó.
Seguía inmóvil. Estaba hipnotizada por el paisaje.
-¡Guau!
-¿Te gusta? -. preguntó y, aunque estaba detrás mía pude notar su sonrisa torcida de siempre.
-Tiene... cierto encanto.
Me tiró de la trenza (que me había llevado media hora hacer) y rió entre dientes. Solté un gemido y me dijo:
-Nos vamos, nena.
Me quedé parada, porque quería darle algo de juego al asunto.
-¡Eh! ¿Qué te pasa?
-Me... has... despeinado... -. lo dije pausadamente, palabra por palabra. Me giré, alcé una mano... y le revolví todo el pelo. Sabía lo obsesionado que estaba con su peinado. Además... me había destrozado el mío, así que me vengué.
-(Tu nombre)... Sabes perfectamente lo que me gusta cuidarme el pelo e ir bien peinado... ¿Por qué has hecho eso? - sabía que en realidad no estaba enfadado.
Intenté reírme, pero la risa se me quedó pegada a la garganta. Me arreglé como pude la trenza.
-Tienes un aspecto adorable.
Me tomó de la mano de forma casual, sin pensarlo.
-Achuuuuuuuuuuuuuu !! - solté.
Él se volvió hacia mí y se quedó mirándome. Mis mejillas adquirieron un color fuera de lo normal.
-Bless you! - dijo.
-¿Tienes... tienes un pañuelo, Harry? -. tartamudeé con una mano tapándome la nariz.
-Sí, por supuesto -. respondió sacando un pañuelo del bolsillo de su abrigo – Aquí tienes prin... (tu nombre) -. y me lo dio.
-Gracias... Harry -. musité con una débil sonrisa.
Él volvió a quedarse mirándome como un bobo. Me incomodaba bastante.
-De nada... Para eso están los amigos, ¿no? - dijo con naturalidad, pero a pesar de ello, con ese aire frío y serio de Christian Grey.
-Sí... supongo... - tartamudeé.

Unos minutos después de haber dicho eso, me acerqué a él y me refugié como pude a su lado. Y cuando nos rozamos, él dio un paso hacia atrás y dijo con un tono seco:
-Venga, vámonos. Se está haciendo de noche y llueve a cántaros. Nos estamos poniendo perdidos.
Me llevó de la mano corriendo a través del enorme bosque mientras soltábamos alguna que otra carcajada. Su actitud pasó de ser fría, a juvenil y cálida.
-¡Creo que me he resfriado! - exclamó Harry sonriendo.
-¡Bienvenido al club! - le dije con su misma sonrisa.

9.12.2013

CAPÍTULO 45

-Lo siento - murmuró. Le busqué con la vista a tiempo de verle cerrar los ojos-. Contigo, resulta demasiado fácil ser yo mismo. Pero si lo que quieres es que no nos volvamos a ver y hacer como si no nos hubiésemos visto en la vida, así será... No te molestaré más - y se dio la vuelta caminando en dirección opuesta a mí.
-No quiero que te vayas -farfullé patéticamente, mirándolo fijamente hasta lograr que apartara la vista.
-Irme, eso es exactamente lo que debería hacer... -musitó poniendo los ojos en blanco.
Me interpuse entre su mirada y el infinito, y rompí su conexión.
-No, no lo vas a hacer... Harry... Yo estoy con Niall y tú... bueno... hasta hace un momento pensaba que estabas con Bella, pero...
-(Tu nombre), la razón por la que me atraes es... por tu forma de ser, tu simpatía, lo atenta que eres, tu sentido del humor... Niall tiene mucha suerte de tenerte a su lado... 
-Harry... Estoy a tu lado, ¿vale? Cuando necesites un abrazo me lo dices, cuando quieras desahogarte con alguien, llámame. Solo te pido que no vayas más lejos, porque no quiero que me vuelvan a hacer daño... Ya sufrí bastante cuando me separé de... vosotros -. cerré los ojos y fruncí el ceño desechando ese maldito recuerdo.
-De acuerdo... Mira, (tu nombre)... Te prometo que no te volveré a tocar... Solo si tú - resaltó esa última palabra-  me lo pides.
-Buen plan... Estricto... pero espero que eficaz -. le dije con una sonrisa dulce.
Él suspiró y su mirada iba del suelo a todas partes, menos a mí; así que decidí darle un abrazo, fuerte.
Le sorprendió bastante, pero pasados unos 7 segundos me recogió en su brazos y lo apreté más y más fuerte hasta que soltó un gemido.
Yo seguía con los ojos cerrados, y aún así me pude dar cuenta de que él también los tenía cerrados. Y me dio un beso en la cabeza (ya era más alto que yo).
Cuando nos separamos vi que una lágrima cristalina se deslizaba por su mejilla. Esta vez la que se sorprendió fui yo.
Nunca le había visto llorar. Siempre tenía ese gesto serio, muy... Harry Styles. Pero ahora parecía mucho más vulnerable.
-Gracias... por el abrazo... -. musitó.
Me acerqué a él y con mi mano le sequé la lágrima de su mejilla. Di un paso hacia atrás y me quedé mirando a otro lado con una sonrisa torcida.
-N... no hay porqué darlas... Todo el mundo necesita un abrazo...

Y en ese momento, me calló una gota de agua en la nariz. Miré al cielo y me entró otra en el ojo. Entonces bajé bruscamente la cabeza y Harry me miró y soltó una risita casi inaudible.

9.09.2013

CAPÍTULO 44

Ya detrás de él, puse las manos detrás de su nuca y le di un golpecito en los hombros. Pegó un salto enorme y yo solté una enorme carcajada. Gracias a Dios, había dejado la puerta de mi habitación cerrada.
Harry se giró y al ver mi rostro se le iluminó la cara. Su deslumbrante sonrisa salió a la luz.
-¡Eh! ¡Pero si es la chica de “Hoy te beso, mañana paso de ti”! –. dijo extrañado y con los ojos bien abiertos.
Bajé la mirada al suelo y fruncí el ceño. Pero él me cogió de la barbilla y levanté mis ojos hasta chocar con los suyos.
-Ven, anda... –. dijo atrayéndome a sus brazos. ¡Qué calorcito! : dijo mi subconsciente. Puse mis brazos al rededor de su cintura y pegándome más a su cuerpo.
-Harry... –. murmuré.
-Dime
Me separé un paso de él y dije casi en un susurro:
-Me gustaría... hablar contigo... . miré a otro lado que no fuesen sus ardientes ojos verdes, así que opté por mirar al suelo.
Él me levantó del mentón y me obligó a mirarle a los ojos. Mierda ; pensé mientras mi subconsciente se daba golpetazos en la cabeza con un enorme libro.
-Eh, nena... ¿Qué pasa?
-¿Podemos... hablar en otra parte?
Suspiró un poco irritado.
-Está bien -. me cogió fuertemente de la mano (la verdad es que me hacía bastante daño) y fuimos como un rayo fuera de la casa. Estuvimos andando, casi corriendo, a través de las calles hasta llegar a un parque muy bonito alejado de todo, pero al lado de la entrada a un bosque. Él paró en seco y se giró hacia mí.
-¿Te importa si continuamos un poco más? -. le pregunté con un aire misterioso.
-Si así lo desea la señorita... Así se hará... -. dijo haciendo una reverencia mientras una sonrisa torcida recorría su semblante. Me tendió la mano, la cual acepté con su mismo gesto anterior y nos adentramos en el bosque. Fuimos todo el camino agarrados de la mano. ¿El por qué? No lo sé...

Llegó un momento en el que paró y se giró hasta quedar justo en frente mía. Esos ojos verdes... Eran como una bomba de sensualidad, misterio y dulzura al mismo tiempo. 
Se quedó mirándome fijamente a los ojos durante un par de minutos. Empezaba a resultar un poco incómodo; así que desvié la mirada al suelo. Pero por fin se rompió el silencio.
-Vale, nena... ¿Para qué me has traído hasta aquí? -- sentía curiosidad en el tono de su voz. En ese instante alcé la vista y me encontré nuevamente con sus ojos.
Ahora su mirada era ardiente.
-Necesitaba hablar contigo... Hacerte algunas... preguntas... -- dije con la voz quebrada.
-Adelante, no te detengo.
Suspiré profundamente.
-Antes... Cuando te vi en la puerta de mi habitación mientras estaba con Niall... Noté que en tu mirada había algo distinto, raro... No era la mirada sexy, penetrante, ardiente y sensual de siempre... --. lo dije como lo pensé.
Al terminar esa última frase me di cuenta de que había pensado en voz alta.
Él se quedó atónito, pero reaccionó rápido y dijo:
-Me habían dicho varias veces eso, aunque debo admitir que nunca habría esperado que eso saliese de tu boca --. en ese momento, se acercó a mí lentamente. Su mirada se giró y ahora iba de mis labios a mis ojos y así sucesivamente.
-Deja que compruebe una cosa, por favor (tu nombre). -- se acercó más a mí, hasta que nuestras narices se rozaron. Solté un leve gemido y él soltó una risita.
-Ssssh --. susurró cerca de mis labio mientras ponía su dedo índice sobre ellos.
Cerré los ojos fuertemente porque sabía sus intenciones. Y todavía no había terminado con mi supuesto interrogatorio. Pero él apagó mis pensamientos, callándolos con un dulce, largo y sensual beso; el cual seguí a un ritmo acompasado al suyo.
No, esto no está bien! (Tu nombre), (Tu nombre)! Tienes que parar! Explícale lo que pasa y habrás terminado con esto. Dile lo que sientes y obliga a Harry a que te diga la verdad. Me día mi subconsciente.
Luché contra todas mis fuerzas y contra el deseo; y al final lo decidí. No iba a seguir ese camino. Ésta vez no.
Di un paso hacia atrás y me froté bruscamente los labios con el brazo, como si me diese asco (en realidad, fue increíble).
-¿Pero a ti que te pasa? Un día me dices que no me quieres ver más y al siguiente que mi mirada es sexy y ardiente. ¡Venga ya, por favor, (tu nombre)! Me tienes hecho un lío! -- en el fondo parecía divertirle el verme así de confundida.
Le lancé una mirada asesina, cara de pocos amigos, intentaba aparentar disgusto, desilusión, enfado, furia, rabia... y lo conseguí. Creo.
-No he terminado, ¿sabes? Y no creas que con tus... -- pensé en añadir adjetivos, pero luego decidí quitarlos-- besos vas a cautivarme o echarme para atrás --. dije con tono desafiante.
-¿A no? -- musitó alzando una de sus cejas.
-No -- le respondí directa -- Mira Harry, yo te quiero, ¿vale? Pero como amigo. ¿Nos hemos dado... algunos besos? Sí, lo hemos hecho. ¿Y qué? Lo hecho, hecho está, ¿no?
Él asintió rápidamente como si le hubiese impactado mucho mi cambio de tono y de carácter.
Me callé durante unos minutos y me puse de nuevo a pensar y a darle vueltas y vueltas al asunto.

9.01.2013

CAPÍTULO 43


Todas esas preguntas eran las que correteaban en mi cabeza. Él captó mis evasivas y me miró a los ojos, verde contra verde, estábamos igualados. Una sonrisa torcida se formó en su semblante. Ese aire misterioso que le quedaba tan bien. Me encantaba.
Mientras, yo seguía enjaulada por los brazos de Niall. Que en ese momento se separó de mí, y vio en mi mirada algo raro.
-¿Qué ocurre, (tu nombre)? ¿Hay algo que quieras contarme? – preguntó con los ojos clavados en los míos.
Me despertó de mi hechizó. Negué tímidamente con la cabeza un par de veces.
-N... no... No pasa nada.
-Bueno... creo que debería prestarle un poco más de atención a mi sobrino, ¿no te parece?
-Tranquilo, yo creo que eres un tío estupendo –. musité con una sonrisa tierna, mirando esta vez al pequeño Theo.
-Y tú también lo serás –. dijo con mi misma sonrisa.
-Gracias... supongo –. me temblaba la voz. Estaba nerviosa. No podía contenerme cuando me decía algo relacionado con el tema.

Quería hablar con Harry, así que intenté escapar de esa habitación.
-Bueno... Voy a prepararme un té... Ahora vuelvo –. esa era la respuesta que le daba a todos mis problemas. Una taza de té.
Al pensar eso, me comparé con Ray, un personaje de Cincuenta Sombras de Grey, al que Anastasia describe como un hombre que resuelve sus problemas con una taza de té. Y la verdad, es que funcionaba.
Amaba esa sensación. En un día de lluvia, sentada sobre mi cama, contemplando como las gotitas de agua chocaban contra mi ventana, con una taza caliente de Twinings (un clásico, para mí) entre mis manos. Quemaba, pero era soportable e incluso me atrevería a decir que agradable.
En fin, mis manías, no pretendo que lo entendáis.

Salí del cuarto dejando a Niall con Theo, se le veía tan... familiar cuando estaba con él en brazos. Me quedé unos instantes mirándoles, pero volví los ojos hacia delante y en la esquina de las escaleras estaba él. Harry. Se había cambiado de ropa. Ahora vestía unos vaqueros ceñidos de color azul marino, una camisa blanca con una chaqueta sobre un hombro. Y sus típicos zapatos, muy clásicos. Su look era formal a la par que juvenil y desenfadado. Muy Harry.