Todas
esas preguntas eran las que correteaban en mi cabeza. Él captó mis
evasivas y me miró a los ojos, verde contra verde, estábamos
igualados. Una sonrisa torcida se formó en su semblante. Ese aire
misterioso que le quedaba tan bien. Me encantaba.
Mientras,
yo seguía enjaulada por los brazos de Niall. Que en ese momento se
separó de mí, y vio en mi mirada algo raro.
-¿Qué
ocurre, (tu nombre)? ¿Hay algo
que quieras contarme? – preguntó con los ojos clavados en los
míos.
Me
despertó de mi hechizó. Negué tímidamente con la cabeza un par de
veces.
-N...
no... No pasa nada.
-Bueno...
creo que debería prestarle un poco más de atención a mi
sobrino, ¿no te parece?
-Tranquilo,
yo creo que eres un tío estupendo –. musité con una sonrisa
tierna, mirando esta vez al pequeño Theo.
-Y
tú también lo serás –. dijo con mi misma sonrisa.
-Gracias...
supongo –. me temblaba la voz. Estaba nerviosa. No podía
contenerme cuando me decía algo relacionado con el tema.
Quería
hablar con Harry, así que intenté escapar de esa habitación.
-Bueno...
Voy a prepararme un té... Ahora vuelvo –. esa era la respuesta que
le daba a todos mis problemas. Una taza de té.
Al
pensar eso, me comparé con Ray, un personaje de Cincuenta Sombras
de Grey, al que Anastasia describe como un hombre que resuelve
sus problemas con una taza de té. Y la verdad, es que funcionaba.
Amaba
esa sensación. En un día de lluvia, sentada sobre mi cama,
contemplando como las gotitas de agua chocaban contra mi ventana, con
una taza caliente de Twinings (un clásico, para mí) entre
mis manos. Quemaba, pero era soportable e incluso me atrevería a
decir que agradable.
En
fin, mis manías, no pretendo que lo entendáis.
Salí
del cuarto dejando a Niall con Theo, se le veía tan... familiar
cuando estaba con él en brazos. Me quedé unos instantes mirándoles,
pero volví los ojos hacia delante y en la esquina de las escaleras
estaba él. Harry. Se había cambiado de ropa. Ahora vestía unos
vaqueros ceñidos de color azul marino, una camisa blanca con una
chaqueta sobre un hombro. Y sus típicos zapatos, muy clásicos. Su
look era formal a la par que juvenil y desenfadado. Muy Harry.
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