5.19.2013

CAPÍTULO 34


-Niall... Aquí no, por favor. - le dije, bajándome de encima de la encimera, dado que no me parecía muy correcto hacer eso delante de todos. -Lo siento, (tu nombre). Es que no me puedo resistir. - respondió.
Nos fuimos de la cocina, y nos sentamos en el sofá del salón. Niall se puso a mi lado, rodeando mi cintura y dándome besitos por toda la cara. 
 -¡Hola, preciosa! ¿Dónde has estado? - me dijo Eoghan, tumbándose a mi lado.                   -Hola... Eoghan. He estado con... -¡Con su novio! - me interrumpió Niall un poco cabreado, alejándome del lado de Eoghan.                                                                    -Emmm... Creo que mi madre me está llamando. Mejor me voy. - dijo mi primo un poco incómodo. -Por favor, Niall. Te agradecería bastante que no le hablases en ese tono a Eoghan. Tú solo pasa de él, ¿vale? Deja que hable con él y se lo aclararé todo. - dije.
Fui a buscar a mi primo, pero vi que no estaba en la planta; así que opté por buscarlo en la planta de arriba. Llegué a mi habitación y vi que estaba allí.                              -Eoghan... Tenemos que hablar... - le dije mirando para otro lado. Él se acercó fugazmente hacia mi y me tumbó en mi cama. -Sí... Ya lo creo que tenemos que hablar. - dijo sonriendo. Grité bien fuerte, porque no me esperaba eso de mi primo y dije a voces: -¿Pero que haces, Eoghan? ¡Para! ¡Déjame en paz!
Y... En ese momento, me dio un beso. Yo no quería pero él no me soltaba. Me agarró de las manos fuertemente y volví a gritar, porque me hizo mucho daño en la que tenía herida. -¡Me estás haciendo daño! ¡Por favor, Eoghan! ¡Para! ¡Para, por favor! 
De repente, vi a Niall en la puerta de la habitación y me miró con cara de decepción. Se dio la vuelta y desapareció. -¿Estás contento? ¡Mira lo que has hecho! ¡Suelta! ¡No me toques, Eoghan! - grité desesperadamente. Le pegué una potente patada en sus partes y me fui corriendo de mi cuarto. Buscaba a mi querido irlandés, porque ahora sí le necesitaba. Subí hasta la terraza y vi que estaba allí. Apoyado en la barandilla, admirando las estrellas. Pero, me paré y miré mi mano malherida. Estaba sangrando y dejé unas gotitas que llevaban hasta mis pies.
Me acerqué sigilosamente hacia Niall y cuando estaba lo bastante cerca de él, me fijé en que por su mejilla se deslizaban unas transparentes y delicadas lágrimas. En ese momento, él se giró y vio mi mano dejando un rastro de sangre por detrás de mi. -¿Qué te ha hecho ese gilipollas, (tu nombre)? - exclamó. -Niall, yo le estaba buscando por el piso de arriba para explicarle que yo te quería a ti y no a él. Pero cuando fui a ver en mi cuarto, él me tumbó en la cama, me agarró de las manos e hizo sangrar mi herida. Le dije que parase y que me dejase en paz, y él no me soltaba. Me besó, pero yo le pegué una fuerte y dolorosa patada ahí; y seguidamente salí corriendo en tu busca. Y... aquí estoy. - le expliqué. -¡Soy un imbécil! ¿Cómo he podido pensar en que me estabas engañando? ¡No te merezco! ¡Lo siento tanto, (tu nombre)! - dijo con la mirada baja. -No digas eso, Niall. Yo te quiero. Y tú... ¿Me quieres? - pregunté. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario