-Niall...
Aquí no, por favor. - le dije, bajándome de encima de la encimera,
dado que no me parecía muy correcto hacer eso delante de todos.
-Lo siento, (tu
nombre).
Es que no me puedo resistir. - respondió.
Nos
fuimos de la cocina, y nos sentamos en el sofá del salón.
Niall se puso a mi lado, rodeando mi cintura y dándome besitos
por toda la cara.
-¡Hola, preciosa! ¿Dónde has estado? - me dijo Eoghan,
tumbándose a mi lado. -Hola...
Eoghan. He estado con...
-¡Con su
novio! - me interrumpió Niall un poco cabreado, alejándome del lado
de Eoghan. -Emmm... Creo que
mi madre me está llamando. Mejor me voy. - dijo mi primo un poco
incómodo. -Por favor, Niall. Te
agradecería bastante que no le hablases en ese tono a Eoghan. Tú
solo pasa de él, ¿vale? Deja que hable con él y se lo aclararé
todo. - dije.
Fui
a buscar a mi primo, pero vi que no estaba en la planta; así que
opté por buscarlo en la planta de arriba.
Llegué a mi habitación y vi
que estaba allí. -Eoghan... Tenemos que hablar... - le dije
mirando para otro lado.
Él se acercó
fugazmente hacia mi y me tumbó en mi cama.
-Sí... Ya lo creo que tenemos que hablar. - dijo sonriendo.
Grité bien fuerte, porque no
me esperaba eso de mi primo y dije a voces:
-¿Pero que haces, Eoghan? ¡Para! ¡Déjame
en paz!
Y...
En ese momento, me dio un beso. Yo no quería pero él no me soltaba.
Me agarró de las manos fuertemente y volví a gritar, porque me hizo
mucho daño en la que tenía herida. -¡Me estás
haciendo daño! ¡Por favor, Eoghan! ¡Para! ¡Para, por favor!
De repente,
vi a Niall en la puerta de la habitación y me miró con cara de
decepción. Se dio la vuelta y
desapareció.
-¿Estás contento? ¡Mira lo que has hecho!
¡Suelta! ¡No me toques, Eoghan! - grité desesperadamente.
Le pegué una
potente patada en sus partes y me fui corriendo de mi cuarto.
Buscaba a mi querido irlandés, porque ahora sí
le necesitaba.
Subí hasta la terraza y vi que estaba allí. Apoyado en la
barandilla, admirando las estrellas.
Pero, me
paré y miré mi mano malherida. Estaba sangrando y dejé unas
gotitas que llevaban hasta mis pies.
Me
acerqué sigilosamente hacia Niall y cuando estaba lo bastante cerca
de él, me fijé en que por su mejilla se deslizaban unas
transparentes y delicadas lágrimas.
En ese momento, él se
giró y vio mi mano dejando un rastro de sangre por detrás de mi.
-¿Qué te ha hecho ese gilipollas, (tu
nombre)?
- exclamó.
-Niall, yo le estaba buscando por el piso de arriba para
explicarle que yo te quería a ti y no a él. Pero cuando fui a ver
en mi cuarto, él me tumbó en la cama, me agarró de las manos e
hizo sangrar mi herida. Le dije que parase y que me dejase en paz, y
él no me soltaba. Me besó, pero yo le pegué una fuerte y dolorosa
patada ahí; y seguidamente salí corriendo en tu busca. Y...
aquí estoy. - le expliqué.
-¡Soy un imbécil! ¿Cómo he podido pensar
en que me estabas engañando? ¡No te merezco! ¡Lo siento tanto, (tu
nombre)!
- dijo con la mirada baja.
-No digas eso, Niall. Yo te quiero. Y tú... ¿Me quieres? -
pregunté.
No hay comentarios:
Publicar un comentario