Paramos
en Barcelona, aunque como dijo la azafata, solo podríamos estar una
hora.
Serían
las 14:30 ¿Y qué mejor que ir a comer a Nandos?
Pues,
sin pensármelo dos veces le pregunte a Niall:
-
¿Quieres que te lleve a un lugar muy especial?
-
¡Sorpéndeme! - respondió muy entusiasmado con un brillo especial
en sus ojos azules.
-
Aunque te tendrás que tapara los ojos hasta que yo te diga, porque
como tú has dicho, va a ser una sorpresa. ¿De acuerdo? - le
advertí.
A
lo que dijo suspirando:
-
Bueno, vale. Pero, me tienes que llevar de la mano para que no me
caiga, ¿eh?
Soltó
una risita.
A
continuación, pedimos un taxi y le dije al conductor, muy bajito:
-
¿Podría llevarnos al restaurante Nandos más cercano, por favor?
El
hombre asintió y dijo:
-
Abróchense los cinturones.
Ya
había escuchado la misma frase 3 veces en un solo día.
Llegamos a la puerta del restaurante y Niall dijo muy impresionado aunque confuso:
- Huele a... ¡Nandos!
- Puedes destaparte los ojos, Niall.
Seguidamente, abrió sus preciosos ojos azules y gritó:
- ¡No puede ser! ¡Me has traído al mismo cielo! ¡Muchísimas gracias, (tu nombre)!
A lo que le respondí colorada:
- No es nada, de verdad. Sabía que te gustaría.
- ¡Eres la mejor!
- Te lo mereces. - murmuré sonriendo. - Pero... hay un pequeño problema; me tienes que aconsejar un poco porque yo no vengo mucho por aquí, aunque sé que todo ¡está buenísimo!
Él soltó una enorme carcajada y dijo asintiendo:
- Jajaja; llevas razón. ¡No te preocupes!
Después de comer, mi tía me dio un toque al móvil.
*Llamada telefónica*
- ¿Hola? - contesté.
- Hola cariño, llamaba para decirte que yo me quedaré por el centro comprando, ¡que estamos de rebajas! - me explicó.
- De acuerdo. ¿Algo más?
- Sí. Si queréis nos vemos dentro de 1 hora, ¿vale? Y... Rubito, cuida bien de mi sobrinita, ¿eh?
Niall cogió mi móvil y le contestó más serio de lo normal:
- ¡Por supuesto! ¡No lo dude!
- B...bueno, tía. Nos vemos luego. - les corté un poco avergonzada por parte de mi tía.
- ¡¡Adiós, chicos!! ¡Que os lo paséis muy bien!
*Fin de la llamada telefónica*
Mi tía se despidió y nosotros nos fuimos a pasear por un enorme parque que había por allí cerca.
Cuando comenzamos a caminar por el parque, Niall me contó que lo que más le impresionaba cuando venía a España era el clima tan bueno que hacía siempre. Y yo le dije que en Andalucía hacía mejor tiempo todavía.
- Pues me tendrás que llevar allí algún día, ¿no? - preguntó con una sonrisa torcida en el rostro.
Pero, íbamos paseando tranquilamente por los jardines cuando de que nos vieron unos chicos con cámaras y le dije a Niall asustada:
- ¡¡Corre!! ¡¡Nos han visto unos papparazzis!!
Y de repente, me cogió muy fuerte de la mano y dijo:
- ¡Vamos detrás de esos árboles!
Yo sin pensarlo mucho, hice lo que me dijo, y corrí todo lo rápido que pude.
Entonces, pudimos sentarnos y entre respiraciones rápidas y jadeos, él me pidió:
- ¡Rápido, (tu nombre)! ¡Ponte mi chaqueta y yo me pondré mis gafas! ¡Date prisa!
Y cuando me puse su chaqueta (que tenía ese fantástico olor a Niall Horan), se fijó en que los paparazzis estaban super cerca de nosotros y en ese preciso instante... Me abrazó y me dio un tierno beso. Cerré los ojos y me quedé inmortalizada.
Cortó el beso y me miró.
- Quédate muy quieta, ¿vale?
Y yo, a parte de que no me podía mover, le respondí tartamudeando:
- Vale...
Llegamos a la puerta del restaurante y Niall dijo muy impresionado aunque confuso:
- Huele a... ¡Nandos!
- Puedes destaparte los ojos, Niall.
Seguidamente, abrió sus preciosos ojos azules y gritó:
- ¡No puede ser! ¡Me has traído al mismo cielo! ¡Muchísimas gracias, (tu nombre)!
A lo que le respondí colorada:
- No es nada, de verdad. Sabía que te gustaría.
- ¡Eres la mejor!
- Te lo mereces. - murmuré sonriendo. - Pero... hay un pequeño problema; me tienes que aconsejar un poco porque yo no vengo mucho por aquí, aunque sé que todo ¡está buenísimo!
Él soltó una enorme carcajada y dijo asintiendo:
- Jajaja; llevas razón. ¡No te preocupes!
Después de comer, mi tía me dio un toque al móvil.
*Llamada telefónica*
- ¿Hola? - contesté.
- Hola cariño, llamaba para decirte que yo me quedaré por el centro comprando, ¡que estamos de rebajas! - me explicó.
- De acuerdo. ¿Algo más?
- Sí. Si queréis nos vemos dentro de 1 hora, ¿vale? Y... Rubito, cuida bien de mi sobrinita, ¿eh?
Niall cogió mi móvil y le contestó más serio de lo normal:
- ¡Por supuesto! ¡No lo dude!
- B...bueno, tía. Nos vemos luego. - les corté un poco avergonzada por parte de mi tía.
- ¡¡Adiós, chicos!! ¡Que os lo paséis muy bien!
*Fin de la llamada telefónica*
Mi tía se despidió y nosotros nos fuimos a pasear por un enorme parque que había por allí cerca.
Cuando comenzamos a caminar por el parque, Niall me contó que lo que más le impresionaba cuando venía a España era el clima tan bueno que hacía siempre. Y yo le dije que en Andalucía hacía mejor tiempo todavía.
- Pues me tendrás que llevar allí algún día, ¿no? - preguntó con una sonrisa torcida en el rostro.
Pero, íbamos paseando tranquilamente por los jardines cuando de que nos vieron unos chicos con cámaras y le dije a Niall asustada:
- ¡¡Corre!! ¡¡Nos han visto unos papparazzis!!
Y de repente, me cogió muy fuerte de la mano y dijo:
- ¡Vamos detrás de esos árboles!
Yo sin pensarlo mucho, hice lo que me dijo, y corrí todo lo rápido que pude.
Entonces, pudimos sentarnos y entre respiraciones rápidas y jadeos, él me pidió:
- ¡Rápido, (tu nombre)! ¡Ponte mi chaqueta y yo me pondré mis gafas! ¡Date prisa!
Y cuando me puse su chaqueta (que tenía ese fantástico olor a Niall Horan), se fijó en que los paparazzis estaban super cerca de nosotros y en ese preciso instante... Me abrazó y me dio un tierno beso. Cerré los ojos y me quedé inmortalizada.
Cortó el beso y me miró.
- Quédate muy quieta, ¿vale?
Y yo, a parte de que no me podía mover, le respondí tartamudeando:
- Vale...
No hay comentarios:
Publicar un comentario