7.08.2013

CAPÍTULO 3

Fueron bastantes horas en el avión y estuve 3 de ellas mirando a Niall, mientras él miraba cuando estaba distraída.
Niall decía con mirarle a los ojos: Estoy tan aburrido.
Yo seguía con mi radio de fondo.
Pasada una media hora, le estuve preguntando sobre el viaje que hicieron hace unos pocos meses a Ghanda, en África; para una organización llamada Comic Relief y donde grabaron su nuevo videoclip, que era nada más y nada menos, que la canción 'One Way Or Another'. Y le dije a Niall que cuando la escuché por primera vez estuve un mes entero cantándosela a mis amigas y también les encantó.
Entonces, él le dijo por lo bajinis a una azafata:
- ¿Podría poner esa canción para (tu nombre), por favor?
- Por supuesto. - le respondió la chica con una sonrisa.
Y de repente, cuando estaba mirando el pequeño, aunque cautivador paisaje por la ventanilla, comenzó a sonar la canción.
Me puse a cantarla de inmediato y Niall me miró, mientras sonreía tiernamente, mirándome a los ojos y me paralicé.
Mi cara tomó un color similar al de un tomate.
- Me la aprendí en cuanto comencé a escucharla; también sé tocarla con la guitarra, ¿sabes? - dije.
- ¿En serio? ¿Quieres que la toquemos juntos? Pero si lo prefieres yo toco con la tuya y tú con la mía, ¿vale?
Seguidamente, me dio su guitarra, y comenzamos a tocar.
Ese momento me recordó el día en el que estábamos los dos tocando en mi casa, dos enamorados incomprendidos.
Pero me empezaron a temblar los dedos y parecía un pingüino mareado. Jajaja.
Cuando terminamos, le dije a Niall que si quería algo y me respondió ansioso:
- ¡Sí, por favor! Pídeme lo que tú quieras; que ¡seguro que me encanta! Jajaja.
- ¡Marchando!
Yo me cogí una bolsita de pipas, que más tarde compartimos y a él le pillé una bolsa de unos aperitivos que le encantaban.
Volví a mi asiento y se la di.
- Eres muy buena... amiga... Gracias, (tu nombre).
Sabía que él todavía recordaba lo que nos pasó hace un año y medio.
La verdad es que yo... seguía total e irrevocablemente enamorada de él. Estaba siempre en mis pensamientos. No sabiendo qué decirle, le sonreí tímidamente.
Continuamos nuestro vuelo hacia Irlanda... O no...
Y, aunque me di cuenta de que todavía íbamos por Barcelona, de repente
¡No! Escuchamos que la azafata decía por el megáfono con una vocecita irritante:


- Sentimos comunicarles que tendremos que aterrizar en el aeropuerto de Barcelona, ya que le ha ocurrido un problema al motor del avión.
Abróchense los cinturones, aterrizaremos en unos minutos.

Se hizo un silencio profundo.
- Podrán descansar una hora, luego seguiremos con el trayecto.
Gracias y disculpen las molestias.
Tras escuchar las palabras de la joven, opté por despertar a mi tía, que seguía durmiendo como un tronco, y le expliqué lo que pasaba.


No hay comentarios:

Publicar un comentario