7.29.2013

CAPÍTULO 17

Justo cuando su madre desvió su mirada hacia la de Greg, Niall me cogió fuerte de la cintura y me atrajo a él hasta quedar frente con frente. Su aroma impregnaba mi ambiente.
Me besó con ternura, con adoración y yo olvidé a la gente, el lugar, el momento... recordando sólo que él me amaba, que me quería y que yo era suya.
Él comenzó el beso y él mismo tuvo que terminarlo, porque yo me colgué de él ignorando las risitas disimuladas y las gargantas que se aclaraban ruidosamente entre la "audiencia", por así decirlo.
No me di ni cuenta de que también estaban Harry, mi tía y Greg.
La madre de Niall saltó diciendo mientras se dirigía a la cocina:
- Bueno, la cena ya está lista. Cuando queráis venir...
La respuesta de Niall fue inmediata ya que salió corriendo hacia el comedor.

Cuando terminamos de comer fui hacia "mi" habitación para ponerme una ropa más cómoda con la cual dormiría esa noche.
Elegí esto: http://www.polyvore.com/sleep/set?id=86699876
Para pasar el rato, pensé en seguir ordenando mi ropa, que era bastante, pero de repente, noté unas manos frías en mi cintura.
- ¿Por qué no te has quedado abajo? - me preguntó Niall con el ceño fruncido.
- Ah... Yo... Me sentía un poco... incómoda... Ya sabes...
- Pero ya te he explicado que no tienes porqué. Imagínate... que estás conmigo, en la casa de tus tíos, en Francia, los dos acurrucados en el sofá. Yo acariciándote el pelo y tú con los ojos cerrados para que no me dé cuenta de que te has despertado. ¿Lo recuerdas?
Mi respuesta la resumí esta vez en un profundo y eterno beso. Me tendió la mano y la cogí, sintiéndola más cálida que antes.
- Niall... Esos días fueron los mejores de toda mi vida. No te imaginas como me sentí por dentro al despedirme aquel día de ti.
De repente, de mi boca salió un pequeño bostezo y le dije a Niall con los ojos entreabiertos:
- Tengo sueño...
- ¿De veras? Qué pena me da pensar que no te veré hasta mañana. - dijo con voz de niño pequeño mientras se encaminaba a la puerta de la habitación. - Adiós... Me estoy yendo... Ya no estoy...
- E...espera. Si quieres te puedes quedar... Pero solo un rato, ¿vale? Que no quiero que venga tu madre o peor aún, mi tía, y que nos vean así. - respondí.
Fui incapaz de resistir las ganas de acariciar su rostro una vez más. Y otra.
Casi se me olvidó que estaba esperando una respuesta o un agradecimiento a mi ofrecimiento cuando me hundí en sus deslumbrantes ojos azules.
Era tan difícil resistirse, pero de algún extraño modo mantuve clara en mi mente la necesidad de tener cuidado cuando me alcé sobre las puntas de los pies y le envolví con los brazos. Con cuidado. Dado que las ganas que tenía de estrujarlo y apretarlo contra mí, no eran humanas.


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