7.25.2013

CAPÍTULO 10

- Claro... - respondí confusa.
Seguidamente, Harry intercambió su asiento conmigo. Me senté al lado de mi tía y ella me preguntó:
- ¿Te gusta?
- Más que eso.
- ¿En serio? - me mira boquiabierta.
- Sí.
- En realidad, cielo, los hombres no son tan complicados. Son criaturas muy simples y literales. Por lo general dicen lo que quieren decir. Y nosotras nos pasamos cuando lo cierto es que resulta obvio.
- ¿Por qué me dices esto?
- Solo te aviso, porque me doy cuenta, al igual que los compañeros del rubito, de que os ueréis inmensamente el uno al otro. - concluyó.
- Muchas gracias. - le dije dándole un fuerte abrazo.
Volví a mi asiento y Harry al suyo.
- Tengo unas ganas locas de que te conozcan, (tu nombre). - dijo el rubio
- ¿Quienes? - pregunté.
- Mis padres, Greg, mis amigos...
- ¿Lo dices en serio, Niall? ¡Dios mío! - me sonrojé considerablemente.
- ¡No me digas que te da vergüenza!
Asentí muy nerviosa. Me temblaba mucho el pulso.
- No sé si les caeré bien.
- Les vas a encantar. - me alentó, dándome un dulce beso tranquilizante en la mejilla.

Pasaron 2 horas y miré la pantalla de mi móvil. Eran las 6:45 de la tarde. Me puse a leer los tweets de Niall y uno de ellos era: "El tiempo que he estado esperándote no se puede medir."
Me sonrojé nuevamente y sentí como él me miraba, pero hice como si no me diese cuenta.
Rápidamente, le di a Retweet y escribí un tweet en el que decía lo siguiente: "-Y así es como el lobo se enamoró de la oveja.   + Que oveja tan estúpida.   - Que lobo tan morboso y masoquista."
De repente, todos mis seguidores comenzaron a darle a Retweet, incluido Niall.
- Así que soy yo el plagiador de frases de Crepúsculo, ¿eh? - murmuró con tono sarcástico.
Soltamos una carcajada. Pero, le respondí con una gran sonrisa.
- ¿Falta mucho para llegar, Niall? - interrumpió Harry.
- Creo que 1 hora, más o menos. - se paró un momento - Por cierto, (tu nombre)... ¿Dónde os hospedáis?
- Pues, creo que mi tía nos había reservado unas habitaciones en un hotel de Dublín; no recuerdo el nombre.
Su sonrisa se desvaneció y apareció un rostro serio en su semblante.
- ¡Eh! ¿A qué viene esa cara?
- No, nada. Es solo que... Me habría gustado que os hubierais quedado en Westmeath, o aún mejor, en Mullingar. - murmuró suspirando. Se detuvo en su explicación y salió una pequeña sonrisa de sus labios.
- Aunque... Hay una opción... - continuó pensativo.
- ¿Cuál? ¿Cuál es la opción, Niall? - dije ansiosa por escuchar su idea.
- Ya veo que estás ansiosa, querida. - dijo con una sonrisa traviesa - La idea era que podríamos convencer a tu tía de que os vinieseis a mi casa.
- ¿De veras lo dices, Niall? ¡Eso está hecho!
Se dibujó una enorme sonrisa en nuestros rostros y me rodeó con sus brazos.

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