8.30.2013

CAPÍTULO 40


Mantuve la vista fija en sus ojos, contemplé como la excitación que lucía en ellos se sosegaba.
Se puso de pie con un movimiento casi invisible. Me tendió su mano, un gesto bastante esperado por mi parte, ya que estaba demasiado acostumbrada a nuestro habitual comportamiento de contacto constante. Tomé su mano helada, ya que necesitaba ese apoyo más de lo que creía. Aún no había recuperado el equilibrio.
-Creo que deberíamos bajar a comer, o se preguntarán donde estamos –. dijo el rubio.
Asentí ruborizada y con temblores en todo el cuerpo. Maldito resfriado.
Me llevó escaleras abajo cogidos de la mano.
Una vez estando en el primer piso; fuimos directos a la cocina. Olía realmente bien. Me preguntaba qué estaría cocinando Maura.
Me acerqué hacia donde estaba ella y le dije:
-¿Necesita que la ayudemos en algo, señora Horan?
-No, gracias cielo –. respondió con una sonrisa humilde – Necesitáis descansar, así que no haréis nada, ¿de acuerdo?
Asentí con un poco de angustia, porque me sentía una inútil al no poder ayudar en nada por culpa de este asqueroso resfriado.
A pesar de las palabras de su madre, Niall puso la mesa en menos de 2 minutos. Le lancé una sonrisa desde la cocina y él me guiñó el ojo.
Fui a coger nuestros platos, sin que me viese Maura, y los llevé a la mesa del salón.

De repente, Greg apareció por la entrada de la casa con su hijo, Theo. Era adorable, había visto fotos de él con Niall pero era extremadamente tierno. Me encantan los bebés.
-¡Hola a todos! ¡Mirad quien viene conmigo, chicos! – gritó Greg señalando al pequeño.
-¡Hola! – dijimos Niall y yo al unísono.
Seguidamente, Niall fue corriendo a coger en brazos a Theo. Se veía tan... padre.
-Mira Theo, ésta es tu futura tía, (tu nombre) –. musitó el rubio acercándose a mí.
Solté una risita ante la presentación que me había hecho Niall.
-Ven, cariño. Cógelo. Seguro que le encantas –. me dijo poniendo a Theo esta vez, en mis brazos. Ahora era el triple de adorable que antes.
Justo cuando el bebé rozó mis manos me sonrió dulcemente. ¿Se podía ser más tierno?
Niall me abrazó por detrás y me susurró al oído:
-¿Ves? Te dije que le gustarías.
Comencé a mecerlo lentamente mientras no apartaba la mirada de sus ojitos.
Decidí dárselo a Denisse y Maura nos dijo que nos sentásemos a comer.
Terminamos sobre las tres y media de la tarde; y Greg le pidió a su madre que si nos podíamos hacer cargo del bebé porque él y Denisse tenían que ir a Dublín a no sé qué.


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