-¡Niall
Horan es un loco irlandés y está tremendamente sexy! – grité;
aunque no me di cuenta de que Maura seguía tumbada en el sofá y
pegó un respingo al escuchar semejante grito.
-¡Por
favor, chicos! ¡Aquí hay una irlandesa que sí que se va a volver
loca si no bajáis un poco la voz! ¡Qué tenéis un cuarto para
vosotros dos! - chilló la pobre mujer, a la que habíamos
despertado.
Niall
soltó una carcajada y me cogió en volandas. Subió las escaleras
dando saltitos y cuando llegamos a la puerta de su cuarto se paró y
me besó alocadamente.
-Te
amo –. musitó.
-Te
amo –. dije dándole otro beso igual de alocado que el anterior.
De
repente, Niall le pegó una patada a la puerta de la habitación y me
arrojó sobre su cama.
-N...
Niall... – . ya sabía lo que se proponía.
-¿Si?
-¿Que...
que haces? –. me temblaba la voz más que nunca. No estaba
preparada. Todavía no. Esta noche no.
-Quiero
hacerlo, (tu nombre). Quiero
hacerlo contigo. - dijo mientras se bajaba los vaqueros y se quitaba
los zapatos, los cuales arrojó a la puerta que ya quedaba a espaldas
de los dos.
-N...Niall...
N...No puedo... –. tartamudeé.
Él se quedó helado, paralizado.
-¿Cómo?
¡Me dijiste que querías que fuese esta noche! ¿Es que no me
quieres? ¿Es eso? ¡Respóndeme , (tu
nombre)!
Mis
pupilas se dilataron rápidamente y rompí a llorar.
-No,
Niall! ¡Te amo más que a nada en el mundo! ¡Y tú lo sabes! –.
exclamé entre sollozos –. Pero no me siento preparada, ¿vale? ¡No
te merezco! Me siento una insignificante a tu lado. Pensar que
podrías tener a cualquier chica a tus pies y... ¿y me eliges a mí?
No lo entiendo... ¿Por qué yo? –. las lágrimas no cesaban.
-¡No
llores, cariño! Tú eres mi vida, mi todo. Te amo como nunca he
querido a nadie. No sé lo que me atrajo a ti, quizá fue tu sentido
del humor, tus preciosos ojos verdes, tu simpatía, tu sencillez. Tú
no me quieres por la fama o por el dinero. Sino, por lo que soy. Lo
que sí que no entiendo es porqué te ves como una insignificante a
mi lado. Tú eres lo mejor que me ha pasado en la vida. No sé lo que
haría sin ti. Pensar que no estás conmigo y que otro te posee no me
cabe en la cabeza... – a él se le contagiaron las lágrimas que
sin cesar salían de mis ojos. Pero ahora... eran de alegría.
-¡Oh,
Niall! Yo siento lo mismo. Yo soy tuya, y de nadie más. Te amo, te
amo, Niall Horan. Por siempre.
-Por
siempre –. repitió él.
Un
bostezo se escapó de mi boca.
-¿Estás
cansada, cariño? - me preguntó con un tono de voz más dulce.
-Un
poco. Y Niall... me... excita verte así... Por favor... Vuelve a
ponerte los pantalones... - dije sonrojada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario