-Oh,
no... Creo que se me ha congelado el trasero – dijo con voz
preocupada pero a pesar de ello, con una divertida sonrisa en su
semblante.
Me
levanté de encima suya y le ayudé a ponerse de pie.
De
repente, estornudamos a la vez y una carcajada despampanante se nos
escapó.
-¡Joder!
Nos hemos resfriado! – dijimos también al unísono.
-Bueno,
cuidaremos el uno del otro – ideó Niall sonriendo tan dulcemente
como siempre.
-Estoy
de acuerdo... Achúuuus! – otro maldito estornudo salió de mí –
Ups! Lo siento...
-Da
igual... Eres asquerosamente adorable, (tu
nombre).
-Aww...
Que detalle, cariño – le dije con una sonrisa sarcástica.
-Te
amo, (tu nombre).
-¿Con
mocos y todo?
Una
carcajada resonó por toda la casa.
-Con
mocos y todo – musitó dándome un beso “esquimal” (Es
un beso que se da frotando la nariz del otro con la tuya varias
veces)
-Bueno,
será mejor que entremos –. dije tiritando.
-Oh,
mi mocosa tiene frío –. Un chico listo; pensé.
Me
abrazó fuertemente contra él.
A
continuación, volvimos a entrar en casa y Maura estaba apoyada en el
sofá con la mirada fija en nosotros. Y se me escapó un inoportuno
estornudo.
-Buenos
días –. fue lo único que se me ocurrió decir.
Niall
intentó disimular una sonrisa.
Maura
se acercó corriendo a nosotros trayendo dos mantas consigo.
-¡Estaréis
calados hasta los huesos! –. dijo mientras nos rodeaba el cuerpo
con las mantas.
Por
fin algo de calor... ; pensé. No dejaba de dar tiritones. Niall
me cogió fuerte de la mano y tenía la temperatura corporal de un
cubito de hielo.
-¡Vamos!
¡Pasad! ¡Rápido! No pensaréis quedaros ahí parados, ¿no? –.
comentó Maura mientras pasaba directa hacia la cocina.
-Sentaos,
os prepararé algo caliente.
Hicimos
lo que nos dijo y me acurruqué sobre el pecho de Niall. Él me rodeó
con sus brazos y poco a poco dejaba de temblar como un flan.
-Aquí
tenéis, chicos –. Maura nos ofreció unas tazas de té caliente.
-Gracias,
señora Horan –. dije y de repente estornudé.
-Vaya
catarro que has pillado, cariño –. dijo con rostro horrorizado.
-Tranquila,
mamá –. intervino Niall – No le pasará nada más mientras
estemos juntos, ¿no es así, chica misteriosa?
Asentí
ruborizada y un poco nerviosa.
-Bueno,
en ese caso os dejo solos... No salgáis fuera, ¿de acuerdo?
-¡Sí!
– gritamos obedientes al unísono.
Maura
subió al piso de arriba mientras Niall jugaba con mi pelo y yo
intentaba no quemarme con el té.
No hay comentarios:
Publicar un comentario