8.12.2013

CAPÍTULO 22

Entramos en casa y me encontré frente a frente con Niall. Rápidamente, miré a Harry nerviosa y preocupada. ¿Por qué? No lo sé.
Me fijé en que Niall estaba con los brazos cruzados y con la mirada seria y fija en mí.
- H... Hola, Niall. - musité.
- Ni una nota. Nada. ¿Dónde estabas? ¡Me has asustado mucho! ¿Y si te hubiese pasado algo? - su tono de voz parecía lleno de furia y preocupado.
- Lo siento, Niall... Estaba con Harry dando un paseo... No me ha pasado nada. - rechisté mirando a Harry quien me devolvía una mirada cómplice y preocupada, al igual que yo a él.
- Con Harry... A solas... (Tu nombre), eso no es una buena idea. - dijo el rubio.
- ¿Estás enfadado? - murmuré con la mirada fija en el suelo.
- ¡No, cariño! ¿Cómo me voy a enfadar contigo? - el tono de su voz se había suavizado bastante. Me abalancé sobre él, sin pensarlo dos veces.
Él correspondió ese abrazo, notablemente.
- Te prometo que no lo volveré a hacer nunca más, Niall. Te lo prometo.
Me apretó aún más contra su cuerpo.
- Te amo. - dije, acariciándole el pelo suavemente.
- Eso ya lo sé. - musitó con una sonrisa en los labios.
- Tiene una sonrisa muy bonita, Señor Horan.
- Lo mismo digo, Señora Horan.
- Ya te dije que no me llamases así. Me... impacienta.
- ¿Te impacienta? - alzó una de sus cejas.
Asentí nerviosa pero a pesar de ello, con la misma sonrisa de antes.
- ¿A qué se debe el honor? - preguntó casi en un susurro.
- A que llevo soñando con ese día desde que te conocí. - respondí mirándole intensamente a los ojos. Los cuales me quedaría mirando todo el día si pudiera.
- En ese caso, estoy de acuerdo contigo. Dado que no puedo esperar a que ese día se haga realidad, y a que... el día que te conocí... fue la primera noche que soñé contigo.
Me mordí el labio y le miraba como una boba. Mi mandíbula casi perfora el suelo cuando escuché esa frase salir de su boca. ¡Dios mío! Había soñado con... migo. Esto no parecía real.
Cerré los ojos porque necesitaba procesarlo todo bien. Pero él no me dejó, dado que me dio un beso. Un maravilloso beso.
Tuvimos que cortarlo debido a la maldita falta de aire.
¿Quién pudiese ser Edward en ese momento? Pues él no necesitaría parar. Podría seguir hasta el fin de los tiempos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario