En
ese instante, saltó encima mía... mi perro Niamh.
-
¡Hola, Niamh ! ¿Dónde te habías metido? ¡Te he echado tanto de
menos! - dije dándole un enorme achuchón a Niamh. - ¿Es tuyo, (tu
nombre)? ¡Es
precioso! Es de la misma raza que el perro de Liam .Jajaja. - me dijo
Niall, sacándome una sonrisa. Niamh saltó encima de Niall y comenzó
a lamerle la cara.
-
¡Eh, chico! ¡Que yo tengo novia! Jajaja. - dijo él, mientras nos
reíamos los dos a carcajadas.
-
Creo que se ha puesto celoso, Niall Es que no le gusta que esté con
otros chicos. Pero, lo que me ha extrañado es que, Niamh
no se suele encariñar tanto con los invitados que tenemos. Seguro
que también piensa que eres especial. Ya te lo dije. - le dije
mientras jugábamos con Niamh.
-
Pues, ya nos tienes a los dos. Jajaja. Dos chicos que cuiden de ti,
¿verdad que sí, Niamh? - dijo Niall, acariciando el pelo gris
ceniza de Niamh.
-
¿Quieres que demos un paseo con Niamh? - le pregunté a Niall,
esperando un sí
por respuesta.
-
¡Por supuesto, (tu
nombre)!
-
Hmm... Bueno, venga. Pero, seguro que hace uno de sus comentarios
tipo ¡Qué monos vais,
chicos! O el clásico de
¡Hacéis muy buena pareja!
Cuando
estábamos bajando las escaleras, vino corriendo mi primo Greg y
saltó a nuestros brazos.
- ¡Prima, prima! ¡Nos tenemos
que ir! Pero yo le he dicho a mi madre que no quiero irme, porque me
encanta estar contigo y con Niall. - dijo Greg, abrazando fuertemente
a Niall. Fui hacia a él y le
susurré al oído:
-
¡Tengo una idea! Si quieres podemos convencer a tu madre para que te
deje unos días más hasta que nos vayamos nosotros, ¿vale? - le di
un dulce beso en la mejilla mientras Niall me miraba atentamente.
-
¡Sí, por favor! - respondió el pequeño impaciente.
-
Bueno, ahora mismo vengo. Voy a hablar con mi tía. - les dije
alejándome de ellos.
-
¡Sin problema, (tu
nombre)! ¡Buena
suerte! - murmuró Niall guiñando un ojo.
Bajé
del todo las escaleras y me dirigí hacia la puerta para ver si
estaba por allí. Pero, en vez de a mi tía, me encontré de nuevo
con Eoghan. Estaba cargando las maletas en el coche y me acerqué
hacia él.
Seguidamente, le
pregunté mirando para otro lado:
-
Eoghan, ¿has visto a tu madre? Es que tengo que hablar con ella
urgentemente.
Él
giró la cabeza lentamente y me cogió de la mano (la que no tenía
herida) y se quedó mirándome. Di un paso hacia atrás, dado que no
quería acercarme ni un pelo a él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario