6.18.2013

CAPÍTULO 40


En ese instante, saltó encima mía... mi perro Niamh.
- ¡Hola, Niamh ! ¿Dónde te habías metido? ¡Te he echado tanto de menos! - dije dándole un enorme achuchón a Niamh. - ¿Es tuyo, (tu nombre)? ¡Es precioso! Es de la misma raza que el perro de Liam .Jajaja. - me dijo Niall, sacándome una sonrisa. Niamh saltó encima de Niall y comenzó a lamerle la cara.
- ¡Eh, chico! ¡Que yo tengo novia! Jajaja. - dijo él, mientras nos reíamos los dos a carcajadas.
- Creo que se ha puesto celoso, Niall Es que no le gusta que esté con otros chicos. Pero, lo que me ha extrañado es que, Niamh no se suele encariñar tanto con los invitados que tenemos. Seguro que también piensa que eres especial. Ya te lo dije. - le dije mientras jugábamos con Niamh.
- Pues, ya nos tienes a los dos. Jajaja. Dos chicos que cuiden de ti, ¿verdad que sí, Niamh? - dijo Niall, acariciando el pelo gris ceniza de Niamh.
- ¿Quieres que demos un paseo con Niamh? - le pregunté a Niall, esperando un por respuesta.
- ¡Por supuesto, (tu nombre)!
- Hmm... Bueno, venga. Pero, seguro que hace uno de sus comentarios tipo ¡Qué monos vais, chicos! O el clásico de ¡Hacéis muy buena pareja!
Cuando estábamos bajando las escaleras, vino corriendo mi primo Greg y saltó a nuestros brazos. - ¡Prima, prima! ¡Nos tenemos que ir! Pero yo le he dicho a mi madre que no quiero irme, porque me encanta estar contigo y con Niall. - dijo Greg, abrazando fuertemente a Niall. Fui hacia a él y le susurré al oído:
- ¡Tengo una idea! Si quieres podemos convencer a tu madre para que te deje unos días más hasta que nos vayamos nosotros, ¿vale? - le di un dulce beso en la mejilla mientras Niall me miraba atentamente.
- ¡Sí, por favor! - respondió el pequeño impaciente.
- Bueno, ahora mismo vengo. Voy a hablar con mi tía. - les dije alejándome de ellos.
- ¡Sin problema, (tu nombre)! ¡Buena suerte! - murmuró Niall guiñando un ojo.
Bajé del todo las escaleras y me dirigí hacia la puerta para ver si estaba por allí. Pero, en vez de a mi tía, me encontré de nuevo con Eoghan. Estaba cargando las maletas en el coche y me acerqué hacia él. Seguidamente, le pregunté mirando para otro lado:
- Eoghan, ¿has visto a tu madre? Es que tengo que hablar con ella urgentemente.
Él giró la cabeza lentamente y me cogió de la mano (la que no tenía herida) y se quedó mirándome. Di un paso hacia atrás, dado que no quería acercarme ni un pelo a él.

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