10.13.2013

CAPÍTULO 50


-Parece que me tiene bien atrapada, Señor LI Horan.
-¿LI Horan? – pregunta confundido.
-”Loco Insaciable” Horan –. Lo de LI se me ocurrió sobre la marcha y pensé que le daría qué pensar.
-Umm... En ese caso, te corrijo, nena... Soy un “Loco Insaciable”, pero de tus besos –. ahora su otro brazo rodeaba mi cintura, y de un solo movimiento volvió a unir nuestros labios.
-Entonces, yo también soy una LI –. musité con una sonrisa en mis labios mientras él seguía con la mirada fija en mis ojos.
Estuvimos dos minutos aproximadamente sin decir nada, hasta que Niall rompió el silencio:
-No me dejes.
-Oh, por el amor de Dios, ¡no! ¡No me voy a ir! –. grito. Ya lo dije. No me voy a ir.
-¿De verdad? – su voz era casi audible y tenía los ojos muy abiertos.
-¿Qué puedo hacer para hacerte entender que no me voy a ir? ¿Qué puedo decir?
Él me mira, revelando su ¿miedo? ¿angustia?. Traga saliva.
-Hay una cosa que puedes hacer.
-¿Qué? – estallo.
-Cásate conmigo –. me susurra al oído.
¿Qué? ¿De verdad él...
Por segunda vez en menos de media hora, mi mundo se detiene.
Joder. Miro al profundamente arruinado hombre que amo. No puedo creer lo que acaba de decir.

¿Matrimonio? ¿Me está proponiendo matrimonio? ¿Está bromeando? No puedo evitarlo, una pequeña, nerviosa, risa sale de mí. Muerdo mi labio para evitar que no se convierta en una histérica y fallo miserablemente. Me tumbo en el suelo y me rindo a la risa, me reí como si nunca antes hubiera reído, grandes y catárticos aullidos de risa.

Y por un momento estoy en mi propia cuenta, viendo esta absurda situación, y riéndome, una niña abrumada junto a un niño arruinado, en cierto sentido.
Pongo mi brazo sobre mis ojos, mientras mi risa se convierte en lágrimas escaldadas. No, no... Esto es demasiado.

Y mientras la histeria disminuye, Niall suavemente levanta mi brazo de mi cara. Y volteo a verlo.

Está inclinado sobre mí. Su boca torcida con diversión irónica, pero sus ojos están ardiendo. Oh, no.

Gentilmente, limpia una lágrima con la parte de atrás de sus nudillos.
-¿Encuentra divertida mi propuesta, Señorita Horan?
Oh, ¡Niall! Lo alcanzo, y acaricio su mejilla suavemente, disfrutando cómo se siente la barba de un día bajo mis dedos. Dios, amo a este hombre.
-Señor Horan... – lo miro y las palabras me fallan.
Me sonríe, aunque las arrugas alrededor de sus ojos me demuestran que está herido.
Es serio.
-Me estás hiriendo, (tu nombre).
Me siento y me inclino sobre él, poniendo mis manos sobre sus rodillas. Miro su adorable cara.
-Niall...
-¿Te casarás conmigo? – susurra, incrédulo.
Asiento nerviosamente, sonrojándome. Ansiosa y casi sin creer su reacción. ¿Cómo no podía entender cuánto lo amaba?
-Dilo –. ordena suavemente, con su mirada intensa y sexy.
-Sí, me casaré contigo.

Inhala fuertemente y se mueve de repente agarrándome y girando a mi alrededor, en forma muy tipo Niall Horan. Se está riendo, joven y desenfadado, irradiando entusiasta alegría. Agarro sus brazos para sostenerme, sintiendo la ondulación de sus músculos bajo mis dedos, y su risa contagiosa me arrasa, una chica total y enamorada de su hermoso hombre. Él me baja y me besa. Fuertemente. Sus manos están a ambos lados de mi cara, su lengua insistente, persuasiva... excitante.

-Oh, (tu nombre) –. respira contra mis labios, y es una alegría que me deja tambaleando.
Él me ama, de lo que no tengo ninguna duda, y degusto el sabor delicioso de este hombre, este hombre que un año atrás pensé que no podría volver a ver de nuevo. Su alegría es evidente, sus ojos brillaban, su sonrisa juvenil, y su alivio es casi palpable.


No hay comentarios:

Publicar un comentario