10.13.2013

CAPÍTULO 49


*Narras Tú*
Quería que llegase el momento de lanzarme a sus brazos y no soltarlo nunca. Que fuese uno de esos instantes en los que todo se congela y solo estáis tú y esa persona.
Pero justo cuando iba por el penúltimo escalón... le vi. Estaba de espaldas y hablaba con Maura, quien me vio y de inmediato alzó su dedo índice en mi dirección.
Niall giró la cabeza de inmediato.
Sonrió de oreja a oreja cuando su mirada encontró a la mía. Me arrastró a sus brazos y me besa sonoramente.
-Senorita Horan, se ve tan cautivadora como siempre –. dijo acompañado de una sonrisa radiante (a pesar de que ya era de noche).
-Sr. Horan, usted también.
De pronto, sus brazos vuelven a estar alrededor de mí, y su mano está en mi cabello, tirando mi cabeza hacia arriba dolorosamente para que mis labios vuelvan a su insistente boca.
Y nos estamos besando, mis dedos enredándose en su pelo.
-Oh, (tu nombre) –. suspira.
-No me tengas tanto tiempo esperándote –. digo, provocando que suelte una pequeña risita casi inaudible.
-Te he echado de menos, cariño. Pero era una cosa muy importante –. concluye.
Admito que en ese momento no tenía ni idea de que cosa tan importante tenía que hacer. ¿Debía preguntárselo? ¡Dios, quería saberlo!
En ese momento, noto un rugido proveniente de mi barriga y le digo a Niall:
-Tengo hambre.
-¿En serio? Pues da la causalidad de que yo también.
-Eso ya lo sabía, tonto.
-¿Me está insultando Señorita Horan? – pregunta arqueando una ceja y con un tono de voz ¿amenazante pero... adorable?
Este hombre me mata; piensa mi, ahora excitada, subconsciente.
-Sí –. murmuro con la voz seca y firme, aunque en mi interior no era así.
Niall reaccionó de una manera que no me esperaba para nada.
En menos de tres segundos me vi en sus brazos. Apoyada en su hombro mientras él se dirigía hacia el salón.

Estábamos a los pies del sofá y entonces, me tiró.
Solté una enorme carcajada mientras él me miraba con unos ojos seductores (más de lo normal).
-¿Te ríes? – vuelve a decir utilizando el mismo tono de voz autoritario y amenazante que antes.
Intenté levantarme, pero cuando moví el brazo para incorporarme... él se sentó encima mía y me dejó inmóvil.
-No, no, no. De aquí no te mueves, princesa –. susurró meneando la cabeza varias veces.
-Pero tengo hambre –. puse una de mis muy famosas “caras de cachorrito bueno”, aunque he de decir que me llevé una gran sorpresa ya que no surtió efecto.
-No te preocupes, te traeré un trozo de pan y un vaso de agua.
-Muy amable, estoy segura de que con eso lo solucionaremos –. dije sarcásticamente (se entiende).
-Venga, cariño. No te enfades con este pobre irlandés –. musitó acercándose a mí. – Solo era una broma –. cada vez estaba más cerca de mí, y cuando nuestras respiraciones se rozaban... le estampé un cojín en la cara.
A la mínima de cambio cogí y me levanté del sofá. Salí corriendo hacia mi habitación, pero noté que Niall estaba persiguiéndome por detrás con el cojín en una mano.
-¡Eh! ¿Por qué has hecho eso, (tu nombre)? –. preguntó mientras corría como un satánico (al igual que yo).
Llegué a la puerta de mi cuarto y justo entonces llegó Niall.
Tiró el cojín al suelo y poco a poco se iba acercando más y más a mí hasta llegar a un punto en el que me encontraba arrinconada contra la puerta.
-Te encontré –. musitó, mientras sentía todo su cuerpo (sí, eso también) pegado al mío.
Jadeé y miré para arriba. Al ver sus ojos me quedé embelesada con aquel panorama que tenía a pocos centímetros de mí.
-Tienes una mirada muy sexy, ¿lo sabías? –. me susurró al oído.
-Sí, alguien se encarga continuamente de recordármelo –. dije con su mismo tono de voz – Aunque usted tampoco se escapa, Señor Horan.
-Mmm... Con que no me escapo, ¿eh, Señorita Horan? Veamos si te escapas de ésta... – y con esas palabras nos fundimos en un eterno beso.


No hay comentarios:

Publicar un comentario